Cuentan que un joven discípulo se dirigió a su maestro con cierta preocupación y le dijo:
– Maestro, no sé qué me pasa, últimamente tengo una desazón constante y me invade la sensación de que no avanzo en mi vida.
El maestro hizo una pausa reflexiva y con su habitual calma le preguntó:
¿Has observado las gaviotas como vuelan al atardecer?
– Sí maestro, las he observado.
– ¿Y has observado la luna reflejada en el agua?
– Por supuesto maestro, la he observado.
– ¿Y has observado el agua del río horadando las rocas mientras cae por la cascada?
– Si maestro, claro que lo he observado, entonces, ¿qué es lo que me pasa?
– Lo que te pasa es que estás todo el día observando gilipolleces, eso es lo que te pasa.
Gracias tremenda página. Muchas gracias
Gracias tremenda página. Muchas gracias